lunes, 11 de mayo de 2015

EL CLIMA DE TRABAJO (MARIO MARTÍN BRIS)

Patricia Domínguez Vicente 1ºGEI A2


El clima o ambiente de trabajo en las organizaciones constituye uno de los factores
determinantes y facilitadores de los procesos organizativos y de gestión, además
de los de innovación y cambio. Desde una perspectiva de organizaciones vivas
que actúan reflexivamente, analizan el contexto y los procesos, esto es, organizaciones
que aprenden, el clima de trabajo adquiere una dimensión de gran relevancia
por su repercusión inmediata, tanto en los procesos como en los resultados,
lo cual incide directamente en la calidad del propio sistema.
Aunque resulta difícil llegar a una única definición o acepción del clima
institucional, sí es posible determinar varios tipos de clima y algunas formas
de describirlo y, de algún modo, ciertas posibilidades de medirlo con objetividad,
lo que permite realizar algunas afirmaciones sobre el tipo dominante
de clima en una organización y cómo repercute en una dinámica de organizaciones
que aprenden.
Coherentemente con la propia multidimensionalidad del clima, se hace
necesario abordarlo desde una perspectiva que podríamos denominar «integral
», esto es, valorando todos los elementos y los factores que aparecen directamente
en la organización o forman parte de ella. En esta misma línea de
objetividad y rigor, hemos de recurrir a la fundamentación científica del clima
y la justificación técnica de las propuestas y actuaciones.
El clima de trabajo en las organizaciones es a la vez un elemento facilitador
y también el resultado de numerosas interacciones y planteamientos organizativos,
entre los que destaca especialmente la planificación con todos sus
elementos, instrumentos y vertientes, sin olvidar el elemento humano y, consiguientemente,
la comunicación, participación, confianza y respeto, entre
otros.
Parece incuestionable que para dar cumplimiento a una de las recomendaciones
más ampliamente reconocidas y admitidas, como es la de flexibilizar
las organizaciones, como forma de responder desde éstas a los continuos, complejos
y relevantes cambios que se producen en el contexto social y educativo,
configurando unas señas de identidad, es necesario hacerlo desde la perspectiva
de organizaciones capaces de aprender, incluso de «desaprender» y volver a
aprender. ¿Cuál sería entonces la condición sin la cual no podríamos realizar una
propuesta realista y seria en este campo? Desde la consideración de la organización
como algo vivo, en el contexto educativo, hablaríamos del centro escolar
como núcleo de la actividad educativa y del aula como espacio de operaciones
didácticas. ¿Cuál sería la característica fundamental de esa organización?: la
disposición a realizar un trabajo conjunto en equipo, dispuesto a incorporar
innovaciones, atento a los cambios internos y externos en el que el factor humano
y el ambiente de trabajo en un modelo de previsión y planificación, destacan

sobre todos los demás.

BIBLIOGRAFÍA
http://www.raco.cat/index.php/Educar/article/download/20736/20576  

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