Patricia Domínguez Vicente, 1ºGEIA2
Hay personas que no se dan cuenta de las funciones sociales
de la escuela. Esta es el centro de la vida de niños de entre 3 y 18 años,
donde conviven como si fuera otra sociedad. De esta manera yo defino la escuela
como una sociedad de unos pocos, donde aprenden, enseñan, se socializan y
conviven hasta completar la adquisición de la información necesaria para poder
convivir y sobrevivir en la sociedad, mediante la incorporación al mundo del
trabajo.
De igual manera que todas las personas que viven en sociedad
necesitamos un Plan de convivencia para no ser un sistema caótico, las
escuelas, como pequeñas sociedades, necesitan también crear un plan de
convivencia, cuyos objetivos deben acercarse al marco legislativo y social,
adaptándose y teniendo en cuenta de que son pequeñas sociedades, pero de gente
joven con "pocos" conocimientos sobre la vida. Así, cada escuela necesitará un plan de
convivencia acorde a sus necesidades, el tipo de alumnos que tenga, sus
nacionalidades, el tipo de profesor, los comportamientos de los alumnos ante determinadas situaciones... Es decir, hay que mantener, hablando sociológicamente, una mirada micro-sociológica en la escuela, estudiando los comportamientos entre los alumnos y aprendiendo por qué se comportan de cierta manera en distintas situaciones.
De esta manera, para elaborar un plan de convivencia
necesitamos una justificación: ¿por qué lo hacemos?, necesitamos identificar
los principios que orientan nuestras acciones, es decir, ¿por qué actuamos de
esa manera?, ¿qué principios nos empujan a actuar así?; Un diagnóstico de la
convivencia, es decir, registrar lo que sucede en el centro para poder fijar
unos objetivos y unos límites; unos objetivos generales, como en cualquier
planificación; unas normas de convivencia, necesarias y exigidas para marcas
los límites de las actuaciones de los integrantes de esta pequeña sociedad
llamada escuela; unas estrategias para mejorar la convivencia o por así algo
sale mal poder usar estas tácticas o habilidades; y por último y no por ello
menos importante, la creación de unos protocolos de actuación y usarlos cuando
se produzcan conflictos. Todas estas partes tienen que estar ligadas con el
tipo de centro que sea, el tipo de alumnos que haya, los objetivos
propuestos...
Así, conseguiremos crear un buen clima de trabajo, de
aprendizaje, mediante la resolución de conflictos de manera pacífica,
atendiendo al plan de convivencia del centro educativo en cuestión, permitiendo
una escolarización pacifista para todos.
Bibliografía
http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/5/DGOIE/PublicaCE/docsup/Orientac_plan_convivencia.pdf
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